Federación de Enseñanza de CCOO de Madrid | 19 junio 2025.

El cambio climático y el arte de la improvisación constante en los centros educativos

    Un curso más, como viene siendo habitual, hemos sido testigos de la improvisación y de la falta de voluntad política por parte de todas las administraciones educativas de nuestro país ante una situación que ya no podemos calificar como imprevisible o extraordinaria. Nos estamos refiriendo a los diversos eventos de altas temperaturas que estamos sufriendo y que afectan de manera muy especial a los centros educativos.

    19/06/2025.
    Estamos ante un riesgo real para la salud de las personas

    Estamos ante un riesgo real para la salud de las personas

    Estos fenómenos de temperaturas extremas conllevan un riesgo evidente para la salud de las personas trabajadoras del sector educativo, así como para el alumnado. La Federación de Enseñanza de CCOO lleva muchos años denunciando esta situación. La falta de medidas efectivas por parte de los distintos gobiernos autonómicos para paliar y minimizar el impacto de estos eventos meteorológicos supone un obstáculo para la consecución de los objetivos de enseñanza-aprendizaje establecidos en nuestra normativa, una merma en las condiciones laborales de las personas trabajadoras de la Enseñanza, un peligro evidente para la salud de la población infantil y juvenil, así como un problema para afrontar la conciliación de la vida laboral y familiar.

    Las distintas administraciones públicas no tienen protocolos específicos que aborden este problema. Tampoco existe una normativa básica a nivel estatal que permita afrontar estos eventos de altas temperaturas, incluidas las olas de calor. Estamos ante un riesgo real para la salud de las personas y que las administraciones parecen obviar por motivos simplemente económicos.

    El modo de actuar por parte de las distintas CC. AA. para cubrirse las espaldas, y escapar a las evidentes críticas, es el de incluir en las instrucciones de inicio de curso de cada comunidad autónoma, ante la previsión de esta posible circunstancia, que cada centro educativo, y a iniciativa del equipo directivo, tendrá la potestad para decidir cómo actuar. Esto supone que es cada centro el que decide de qué manera y cómo se implementan distintas medidas para paliar los efectos de estos eventos de calor. En algunos casos, lo hacen informando a las familias que durante estos episodios de calor reducirán una hora lectiva al final de cada jornada, en junio y septiembre; en otros, ofreciendo de manera voluntaria que las familias puedan recoger a sus hijos o hijas a partir de las 12. En otras autonomías ni siquiera contemplan medida alguna al respecto.

    Como es lógico, esto raramente está previsto en la PGA de cada centro, por lo que el horario escolar anual y los objetivos de enseñanza-aprendizaje no se adecuan a estos eventos de calor que alteran el normal funcionamiento y horario de los centros. No deja de ser un parche y una solución improvisada para un problema real, reiterado y que cada día irá a más como consecuencia de la agudización de la crisis climática que afecta a nuestro planeta. Esto último significa que estos eventos, como venimos diciendo desde la FECCOO desde hace años, han venido para quedarse y su presencia será cada vez más constante e intensa. Conforme van pasando los años, las olas de calor aumentan en número, su duración va aumentando paulatinamente, las temperaturas máximas alcanzadas no dejan de subir y lo que más afecta a los centros educativos es que su incidencia se adelanta en su inicio, llegando a producirse en mayo, y se retrasa en su final afectando hasta bien entrado octubre.

    Pero todas esas medidas siguen sin paliar los efectos de las altas temperaturas en los centros. Estos afrontan esta problemática con los recursos que buenamente son capaces de conseguir para mitigar sus efectos como pueden ser el uso de algunos ventiladores, la instalación de toldos, trasladarse a aulas con una menor insolación, modificar los espacios en los recreos priorizando las zonas sombreadas, reducir la actividad física, etc.

    Esta desidia e indolencia de las distintas CC. AA. hacen que, además de exacerbar los conflictos entre trabajo y familia, las madres y padres vean como el derecho a la educación de su progenie choca con su derecho a la salud y al bienestar personal.

    El estrés térmico supone para todas las personas afectadas, especialmente para menores de edad, una merma en su capacidad de concentración, una bajada de tensión, riesgos de lipotimias, exceso de sudoración, deshidratación, entre otros efectos a nivel fisiológico.

    Por todo esto, desde la FECCOO consideramos que las CC. AA. están faltando flagrantemente a su deber como garantes de la integridad física y mental de sus docentes y del alumnado; y, por otro, están contribuyendo al deterioro de la calidad de nuestro sistema educativo. La educación es un derecho que hay que garantizar no solo con la asistencia del estudiantado a clase, sino con las condiciones adecuadas para que este pueda ser ejercido.

    Nuevamente las y los profesionales de la educación y el alumnado de nuestro país sufrimos el abandono y la dejadez de las administraciones públicas en calidad de empleadores y de garantes del cumplimiento del derecho a la educación de nuestra infancia y juventud. Y todo ello, mientras que en resto de los edificios públicos se gozan de los debidos medios de acondicionamiento del aire.

    Por todo ello, desde la FECCOO consideramos que es urgente e indispensable:

    • Realizar una evaluación de riesgos laborales ocasionados por los eventos de altas temperaturas en los distintos centros educativos.
    • Efectuar mediciones precisas y rigurosas de las temperaturas reales en todos los centros educativos.
    • Hacer un mapeo de los centros educativos con todas y cada una de sus características específicas. Es necesario, por tanto, hacer un estudio arquitectónico y de eficiencia energética de los edificios que nos permita elaborar un mapa y un catálogo en el que ver en qué estado se encuentran todos los centros.
    • Elaborar un Plan de Actuación Integral en los centros educativos. Desde la FECCOO, exigimos abordar a nivel de Estado y de cada autonomía un Plan de Adecuación de los centros al cambio climático y la incidencia de eventos climáticos extremos. Este plan debe de priorizar en qué centros hay que actuar antes y en cuales se puede hacer después, pero en todos ellos debemos diseñar y efectuar las medidas estructurales que sea necesario aplicar para garantizar el ejercicio del derecho a la educación de forma segura y saludable. El elevado coste de estas medidas supone que este plan debe hacerse a corto, medio y largo plazo; pero no por ello podemos eludir su puesta en marcha.
    • Estos planes de actuación deben conllevar no solo la adaptación a la nueva realidad climática que afrontamos, sino que deben hacerse disminuyendo la huella de carbono de nuestros centros educativos –partiendo de un concepto de eficiencia energética para alcanzar el confort bioclimático– y optando por energías renovables que nos permitan crear edificios pasivos aprovechando y teniendo en cuenta la ubicación geográfica del centro, su orientación, su grado de exposición al sol y a los vientos, la tipología constructiva, los materiales de construcción, la calidad del aislamiento, etc. Todo esto para determinar las actuaciones necesarias en toda la envolvente, tanto en cubiertas como en fachadas, y establecer los sistemas de ventilación, cerramientos, cornisas, aislamiento de techos y paredes, la necesidad o no aparatos de aire acondicionado, elementos de sombra en los patios, etc., que sean precisos para lograr los objetivos propuestos.

    Por eso exigimos que esto se tome como una prioridad inmediata por parte de todas las administraciones educativas. La salud de las personas trabajadoras de la Enseñanza y de nuestro alumnado es una prioridad para CCOO.